La electromiografía es el mejor método para diagnosticar un Síndrome del Túnel Carpiano
Las electromiografías son pruebas funcionales de diagnóstico realizadas por neurólogos y neurofisiólogos con el objetivo de analizar la salud de los músculos y las células nerviosas (neuronas motoras) en cualquier parte de su recorrido, es decir, a nivel de las raíces de la columna cervical, a raíz del recorrido del nervio o donde el nervio se inserta con el músculo. También sirven para identificar enfermedades que afectan al músculo, es decir cualquier enfermedad que afecta el sistema nervioso periférico.
Se trata de una prueba dinámica. En primer lugar, el neurólogo o el neurofisiólogo pregunta los síntomas al paciente, realiza una exploración neurológica, y en función de esto conocerá qué nervios o qué músculos tendrá que interrogar. «Durante la prueba, en función de lo que vaya encontrando el especialista se extenderá más o menos», describe la doctora Valentina Vélez, miembro de la Unidad Neuromuscular de iMove.
Una electromiografía en realidad consta de dos partes: un estudio de conducción nerviosa y una EMG con aguja. El estudio de conducción nerviosa consiste en realizar unos pequeños golpes de corriente a través de la colocación de unos electrodos en la piel, en el área en que se experimentan los síntomas. Estos registran la velocidad y la fuerza de las señales eléctricas entre diferentes puntos para evaluar la comunicación de las neuronas motoras con los músculos.
La segunda parte, en la electromiografía con aguja, se insertan electrodos en el músculo a través de una aguja. Así se evalúa el potencial muscular y la actividad eléctrica dentro del tejido muscular a dos niveles, con el músculo está contraído y en reposo.
En el caso de las manos, una electromiografía es una prueba muy útil para diagnosticar enfermedades como el Síndrome del Túnel Carpiano, una patología muy prevalente que implica una compresión del nervio mediano o también para el diagnóstico del Síndrome de Atrapamiento del Nervio Cubital.
¿Qué información nos aporta una electromiografía?
La electromiografía se utiliza para diagnosticar o descartar una serie de afecciones que afectan a los nervios y/o los músculos. Los resultados de esta prueba pueden revelar una disfunción nerviosa, una disfunción muscular o problemas con la transmisión de señales de nervios a músculos.
Algunos de los signos o síntomas que podrían indicar un trastorno nervioso o muscular y por los que su doctor podría solicitar una electromiografía son:
- Debilidad muscular.
- Hormigueo.
- Entumecimiento.
- Calambres.
- Parálisis.
- Movimientos involuntarios (tics).
- Dolor en las extremidades.
¿Es una prueba dolorosa?
En la gran mayoría de los pacientes, la prueba no es dolorosa pero sí puede ser algo molesta. Los electrodos que se utilizan crean unos pequeños estímulos de corriente, y la aguja que se utiliza, que es una aguja muy fina, puede molestar, pero normalmente es muy tolerable. Una vez que termina la prueba el paciente no siente nada ni tienes ningún tipo de dolor, manifiesta la doctora.
Según la doctora Vélez, se trata de una prueba que es muy segura y con muy pocas contraindicaciones. Se puede realizar en lactantes, niños, personas adultas y también personas mayores. Sin embargo, la especialista destaca que cualquiera que vaya a realizarse una electromiografía deberá informar en caso de:
- Llevar un marcapasos o cualquier otro dispositivo médico eléctrico
- Si se toma medicamentos anticoagulantes
- Si está diagnosticado de hemofilia, un trastorno de coagulación de la sangre que provoca sangrado prolongado
En promedio, una electromiografía puede durar entre 10 y 30 minutos. Todo dependerá de si con las primeras exploraciones ya se obtiene información suficiente o si es necesario prolongar la prueba para observar otros nervios o músculos.
La recomendación de la especialista para todas aquellas personas que deben realizarse una electromiografía es que los días previos a la prueba no se realice ejercicio intenso. «El paciente se puede mover y hacer vida normal, pero se recomienda no realizar ejercicio físico intenso». No es necesario ir a la prueba en en ayunas, pero es importante que los pacientes no pongan crema en el cuerpo el mismo día de la prueba, porque puede afectar en la colocación de los electrodos.