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Fractura de Radio y Cúbito

Son una de las fracturas más frecuentes que se producen en el brazo. Este tipo de lesiones casi siempre están provocadas por caídas en las que se hace un apoyo de la mano en el suelo de forma brusca.

El término «fractura de Colles» es típicamente usado para describir una fractura del extremo distal del radio, en su unión córtico-médular. Sin embargo, ahora el término tiende a ser utilizado para referirse a cualquier fractura distal del radio. En la realidad se trata de una fractura de radio distal descrita por el cirujano y anatomista irlandés Abraham Colles, que la describió por primera vez en 1814. La fractura se reconoce clínicamente por la deformidad en «dorso de tenedor» debido al desplazamiento posterior del segmento distal del radio.

¿A quién afecta?

Las fractura de radio distal son muy frecuentes. Representan en la actualidad una sexta parte de las fracturas que se tienen en las consultas de traumatología. La edad más frecuente es entre 45 y 70 años y afectan más a mujeres (propensas a padecer osteoporosis). Existe un segundo grupo de pacientes jóvenes con traumatismo de alta energía, aunque no son las más frecuentes.

Las fracturas distales del radio tienen en la actualidad una gran trascendencia social y médica, no sólo en personas de edad avanzada, sino en otras en pleno desarrollo de sus actividades laborales. Esto hace que en la indicación del tratamiento influyan muchos factores: el tipo de fractura (estable, no estable, articular, no articular) laborales, el médico (es especialista o no en cirugía de la mano) y de la vida social del paciente. La edad tiene menos importancia dados los avances médico-quirúrgicos (anestesias locoregionales, cirugía de un día de ingreso, etc.).

 

¿Qué hemos de tener encuenta al decidir un tratamiento en las fracturas de radio distal?

Las fracturas de radio las podemos dividir en estables e inestables según la calidad del hueso y el impacto sufrido, así como articulares e intrarticulares. Dependiendo de estos parámetros se decidirá que tratamiento es el más adecuado.

Así, una fractura estable y sin afectación articular nos permitirá realizar tratamientos más conservadores que una fractura inestable (con defecto óseo) y con afectación articular, la cual será tributaria de cirugía.

Hoy en día es conocido y aceptado que en el 100% de las fracturas con incongruencia articular de 2 mm o mayor se desarrolla una artrosis radiocarpiana, radiocubital distal y malos resultados funcionales en un tiempo medio de 6-7 años. En nuestra opinión existe correlación entre artrosis postraumática y escalón articular, así como la pérdida de los ángulos anatómicos del radio.

El principal objetivo del tratamiento es el de la correcta restauración de la integridad de la superficie articular para obtener unos resultados funcionales aceptables. Y un escalón articular mayor a 2 mm es una indicación adecuada para la reconstrucción quirúrgica. En los cirujanos especialistas de mano consideramos que es quirúrgico cuando es superior a un 1 mm ya que en la actualidad mediante la cirugía abierta y la artroscopia somos capaces de dejar superficies perfectamente congruentes.

 

¿Cómo se puede tratar la fractura de muñeca?

 Hay diversas opciones de tratamiento para una fractura distal del radio. La elección depende de varios factores, como la naturaleza de la fractura, la edad del paciente, el nivel de actividad o las preferencias, exigencias o especialidad del cirujano. 

La alternativa conservadora de tratamiento, que se aplica en fracturas estables, consiste en la inmovilización con yeso. Si el hueso fracturado está en la posición correcta, se enyesa el brazo hasta que el hueso consolida, durante unas 6 semanas. Se deben realizar controles periódicos para valorar la correcta evolución de la fractura e incluso cambios de yeso para mantenere la correcta reducción. Si bien es cierto que, teóricamente, la deformidad no progresa pasadas 6 semanas desde la reducción inicial, un 45% de las fracturas manipuladas se desplazan y ello ocurre hasta los 3 meses después de la reducción inicial, incluso después de que se hubiesen retirado las escayolas. No obstante, es más significativo en las tres primereas semanas después de la fractura. El paciente tendrá que permanecer con el brazo escayolado durante 40 días y a continuación requerirá en torno a seis semanas de rehabilitación.  

Cuando la fractura es inestable con o sin afectación articular, se debe estabilizar quirúrgicamente con placas, clavos y tornillos,  y contrariamente a lo que pueda parecer, el tiempo de recuperación se reduce. En muchos casos, lo mejor es realizar una artroscopia de muñeca para facilitar la correcta reducción de los fragmentos y descartar lesiones ligamentosas no exentas de complicaciones posteriores para la movilidad de la muñeca.

Los pacientes tratados con cirugía necesitan aproximadamente unas seis semanas, con la rehabilitación incluida, para hacer prácticamente el 90% de su actividad diaria habitual. 

La evolución de las técnicas quirúrgicas en los últimos 20 años han permitido mejorar mucho los resultados de este tipo de operaciones y con ello acortar el tiempo de inmovilización de los pacientes. Después de la cirugía, la inmensa mayoría de los casos pueden recuperar su vida normal, independientemente de la edad que tengan y de la actividad física que realicen. La clave es dejar la muñeca fracturada bien reducida y empezar la rehabilitación funcional de forma inmediata.

Tras una cirugía para tratar la fractura de muñeca, la mayoría de los pacientes pueden recuperar su vida normal al cabo de unas seis semanas.

 

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