Lesión o fractura de Falange o Metacarpiano
Dentro de la fractura de mano existen:
– Las fracturas en los dedos, falanges y metacarpianos.
– Las fracturas de los huesos del carpo, es decir, escalofoides, semilunar, hueso grande, piramidal, pisiforme, trapecio y trapezoide.
– Las fracturas de la muñeca, que afectan al extremo distal del radio y del cúbito.
La mayoría de fracturas de mano pueden tratarse con yeso. No obstante, en ocasiones, y según el grado de desplazamiento, la afectación de una superficie articular puede requerir de cirugía.
Actualmente, gracias a los avances tecnológicos, se dispone de muchas opciones de cirugía mínimamente invasiva: artroscopia, estabilización percutánea… Esto permite una correcta estabilización de la fractura (osteosíntesis), y disminuye el tiempo de recuperación, para incorporarse a la vida (laboral, deportiva…) en un plazo más corto de tiempo.
La funcionalidad de la mano es muy específica. Por eso una mala corrección de una fractura puede conllevar la pérdida de precisión al realizar movimientos finos, como escribir, tocar un instrumento o realizar manualidades, e incluso molestias en actividades deportivas (tenis, pádel o baloncesto). Una mala corrección articular puede conllevar en un futuro a la artrosis (destrucción de la superficie articular), ocasionando dolor crónico y pérdida de movilidad.