El miedo, como mecanismo de supervivencia, es algo habitual y, aún más, necesario. No obstante, puede perder esta función cuando nos hace perder el control o nos impide tomar decisiones que pueden mejorar nuestra calidad de vida.
Si este es tu caso, y tienes pavor a entrar en un quirófano, no te preocupes. Hoy queremos ayudarte a que te relajes y comprendas que se trata de una reacción irracional.
Pensar en la cirugía me genera miedo y ansiedad
Pocos pacientes hay que no tengan miedo a operarse, independientemente del tipo de cirugía al que se sometan. Un quirófano es, para la mente de la mayoría, un lugar que produce gran ansiedad, incluso a los propios doctores cuando se convierten en pacientes. Puede dar miedo pensar en la anestesia, o estar relacionado con el miedo a lo desconocido, a perder el control de nuestro cuerpo, a sufrir dolor…
¿Hay cosas que pueda hacer para superar este miedo a operarme?
Hay diferentes grados a la hora de padecer ansiedad o inquietud antes de una cirugía. Puede ir desde una ligera preocupación que va aumentando a medida que se acerca la cirugía, hasta poder convertirse en un miedo paralizante.
Si este es tu caso, y el miedo nos impide avanzar hacia nuestro objetivo, podemos estar ante un caso de tomofobia: fobia a las intervenciones quirúrgicas. Estas personas suelen experimentar síntomas físicos, como sudoración, mareos, nauseas, vértigo, falta de aire, problemas gástricos…), también cognitivos (pensamientos angustiosos y catastrofistas) o incluso conductuales (evitar los hospitales, no soportar conversaciones sobre cirugías, etc.)
En función de la gravedad de los síntomas, lo más recomendable es que acudas a los especialistas en salud mental: los psiquiatras y psicólogos sabrán orientarte y te ofrecerán el mejor tratamiento para enfrentarte a tus miedos más profundos.
Sin embargo, si tienes miedo a operarte pero sin llegar a inhabilitarte, podemos darte algunas claves que te ayuden a superar esta ansiedad.
Infórmate con datos de calidad sobre tu cirugía
Además de la información que te proporcione el médico, puedes buscar en internet (¡con cuidado de las fuentes!) información que compartan personas que se han sometido a la misma intervención. Incluso puedes encontrar datos de interés en webs de otros doctores o clínicas.
También es probable que si lo comentas en tus círculos cercanos, encuentres a alguien que conoce a alguien que se ha sometido a esta intervención. Te vendrá bien conocer su experiencia, las condiciones en las que se sometió a la misma, cómo lo pasó él o ella en quirófano, etc.
Así verás que no eres el primero ni el último, que hay muchas personas que han pasado por tu misma situación y pueden darte claves y sobre todo demostrarte que han conseguido buenos resultados sin graves consecuencias.
Busca un cirujano que esté especializado en tu caso
Hoy en día es más fácil encontrar un doctor que esté especializado en tu caso en concreto. Esto es una gran clave para lograr vencer la ansiedad y estar más tranquilo.
Si cuentas con alguien que tiene gran experiencia en tu caso, todo será más fácil. Puedes pedirle su acreditación, preguntarle si forma parte de asociaciones profesionales, que te explique cómo son los quirófanos del centro donde te someterás a la intervención, conocer ejemplos de otros pacientes…
Comun´ícate con tu médico para comprobar que te da la confianza que necesitas
Intenta no quedarte con dudas, preguntar todo lo que te preocupa. No te dejes impresionar, ni quieras mostrarte demasiado valiente para no «molestar» al médico. Esto no nos ayudará a superar nuestros miedos. Es tu cuerpo, tú eres único y es normal que sientas preocupación y quieras resolver tus dudas.
Asegúrate de que tu cirujano te transmite confianza, que puedes hablar tranquilamente con él de lo que te preocupa y que es capaz de crear un entorno seguro en el que puedas expresar tus miedos e inseguridades.
Y por supuesto: tu cirujano deberá facilitarte siempre para que lo firmes el consentimiento informado, donde aparece toda la información relevante respecto a la operación, incluyendo los posibles riesgos.
Practica técnicas de relajación
Hoy en día existen muchas técnicas a tu disposición para controlar la ansiedad: respiración profunda, mindfulness, meditación, yoga…
Intenta no esperar a que el miedo te consuma para empezar a practicar este tipo de ejercicios. Busca un ratito en tu día a día para cuidarte emocionalmente. Además de ir perdiendo el miedo a la operación, te servirá para mejorar tu salud en todos los ámbitos.