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Jordi Font habla de su trayectoria y sus inicios como traumatólogo especialista en mano, muñeca y codo

¿Por qué decidiste dedicarte a la traumatología?

Desde muy joven ya tenía claro que quería ser médico. Siempre había querido hacer traumatología, en concreto, medicina de la mano. Me encantan las manualidades. Al empezar la carrera, la anatomía fue lo que más me gustó, lo cual potenció que me gustara aún más la mano. Es una zona muy diversa del cuerpo, con mucha plasticidad, con dinámicas y movimiento muy diferentes: los tendones, los huesos, las fracturas, la cirugía y más tarde la artroscopia… Tocas muchas estructuras, con muchas articulaciones. Luego, cuando obtuve el MIR, entré en el Instituto Dexeus a hacer la residencia. Tuve muy buenos maestros y pude dedicarme a la mano. Así que desde el 1997 llevo ejerciendo como cirujano de mano.

Por otra parte, mi segunda opción hubiera sido la arquitectura y también las bellas artes, aunque siempre lo vi más como una afición, de hecho sigue siendo así.

¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?

Me considero un afortunado. Para mí, mi profesión es un hobby. Conseguí entrar en la carrera de medicina, luego hacer traumatología y mano. Disfruto mucho con mi trabajo: me encanta la parte de quirófano como a cualquier cirujano, pero también me gusta mucho la consulta, ya que conozco a gente muy diversa. También disfruto con los yesos bien hechos, es la parte de bellas artes e imaginación que me hace sentir muy cómodo y me llena esa vena da carácter más artístico.

¿Cómo es un día normal en tu trabajo?

Las mañanas las dedico a la consulta médica y compagino esta actividad asistencial con la dirección médica de mi proyecto empresarial, iMove. Es decir, que divido mi actividad en estos dos grandes campos: el médico-sanitario y el empresarial, que son totalmente diferentes.

En el campo empresarial entre más recientemente porque, hace 15 años, cuando formaba parte del equipo de ICATME-Dexeus, tuve un accidente en la mano que me hizo plantearme mi futuro muy seriamente. Durante un tiempo me dediqué a estudiar gestión de empresas sanitarias y en 2015 tuve la oportunidad de entrar en el proyecto de Gaby Masfurroll cuando adquirió la Clínica Mi Tres Torres. Fui director médico del centro cuatro años, que disfruté muchísimo, durante los cuales pude ir haciendo crecer el proyecto de iMove, siempre compaginándolo con mi actividad asistencial en consulta y en quirófano. Al principio no fue fácil, pues las visiones del médico y el gestor son muy diferentes, pero es muy interesante este contrapunto, creo que me aportó una visión nueva muy positiva y enriquecedora.

Por lo que trata a mis cirugías, suelen ser ambulatorias. El paciente duerme en casa la misma noche de la intervención y vienen a un control al cabo de 10 días. Lamentablemente, antes del COVID teníamos mucho más trato con los acompañantes, hablábamos con ellos después de la cirugía, les explicábamos cómo había ido, etc. Pero ahora solo podemos hablar con ellos por teléfono y es una barrera que no me gusta, echo de menos ese contacto, los vínculos que creas con las personas… Ahora es mucho más frío. Por lo que refiere a los pacientes que vienen a una cirugía compleja, sí que se quedan a dormir y les veo a la mañana siguiente para ver su evolución, recomendarles pautas, etc.

¿Tienes algún ritual antes de entrar en el quirófano?

No soy muy de manías, de joven quizás lo era más. Uno de mis referentes, el doctor Puig Adell, me decía siempre que lo más importante en el quirófano es tener un ambiente estable, así que siempre trabajo con la misma gente, la misma instrumentista, etc. Nos conocemos todos. Aun así, por destacar algo, diría que tengo tres costumbres: siempre miro que la mesa de quirófano esté montada antes de lavarme; me pongo el primer guante en la mano izquierda, al revés que la mayoría de los cirujanos; y las férulas de yeso siempre tienen 13 capas, algo que detecto por el peso.

¿Cómo fue tu primera intervención?

Aunque ya hace años aún la recuerdo. Fue un cúbito, una resección de un tumor con el doctor Gimeno. Fue muy bien, es la primera intervención que considero que hice yo de inicio a fin, como residente de 2º año. La verdad es que me quedé muy satisfecho, creo que hice un buen trabajo.

¿Quién es el paciente del que guardas un mejor recuerdo?

Si te soy sincero, soy muy malo recordando nombres. No sabría destacar ninguno en concreto. Debo haber operado unas 15.000 personas, es decir, unas 500 intervenciones anuales. Eso sí, quizás no recuerdo sus nombres, pero sí sus cicatrices o radiografías. Esto me hace recordar toda la historia de la persona.

¿Quién ha sido tu referente en traumatología?

Durante mi carrera he tenido 3 grandes referentes que me han marcado: el doctor Vilarrubias de quien aprendí muchísimo; el doctor Mir, que fue mi maestro en cirugía de la mano y me hizo ser quien soy; y en el mundo de la artroscopia el doctor Puig Adell.

¿Cuáles son tus hobbies?

Me encanta todo lo relacionado con la plasticidad: la restauración de muebles, dibujar y, desde hace unos años, la horticultura, la jardinería, y el diseño del jardín. Me permite aislarme del mundo y desconectar del estrés de mi profesión, transportándome a un estado de calma que todos necesitamos de vez en cuando.

¿Qué deportes practicas? 

Ahora hago elíptica varias veces por semana y todo el ejercicio que comporta la horticultura. Hace algunos años corría y hacía bicicleta, pero tuve un par de lesiones que ahora me impiden practicarlas. Echo de menos los momentos que me aportaban dichas actividades, pero por suerte he descubierto otras que me llenan tanto o más.

¿Cómo pasas los fines de semana?

Los fines de semana trato sobre todo de desconectar y descansar, intentando no pensar en el trabajo cuando no estoy allí. También aprovecho para dedicar tiempo a mis hobbies, y por supuesto, a mi familia.

¿Algún sueño por cumplir?

Soy muy feliz, no puedo desear mucho más. He podido cumplir todos los sueños que me he propuesto: me dedico a lo que me gusta, he creado mi proyecto empresarial… Siempre hay sueños por cumplir, pero no quiero llegar mucho más lejos, estoy muy cómodo donde estoy.

Jordi Font, en pocas palabras.

  • ¿A qué personalidad te gustaría conocer? Gandhi.
  • ¿Qué película no te cansas de ver? Cualquiera de Katherine Hepburn y Cary Grant.
  • ¿Qué libros te gustan? Las novelas de evasión y policiacas, como las de Dan Brown.
  • ¿Cuál es el último que has leído? La trilogía de Juan Gómez-Jurado.
  • ¿Cuál es tu comida favorita? Los macarrones de mi madre, el sushi y la carne, poco hecha.
  • ¿Qué superpoder te gustaría tener? La invisibilidad.
  • ¿Preferirías viajar al futuro o al pasado? Al futuro.
  • Si pudieras ser un animal, ¿cuál serías? El que soy, un homo sapiens.
  • ¿Perros o gatos? Ninguno.
  • Algo que no soportes: el rencor.
  • Tu tema de conversación favorito: la horticultura.
  • Tu mayor miedo: la violencia.
  • Descríbete en 3 adjetivos: honesto, tímido y tenaz.