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El doctor Jordi Font nos explica cómo suelen producirse las heridas relacionadas con la jardinería y los cuidados de las plantas y cómo proceder ante ellas.

La primavera es la época del año en que es más habitual que se produzcan heridas cortantes o punzo-cortantes con plantas, flores y árboles que, sin ser habitualmente graves, ocurren con bastante frecuencia.

Una herida es una pérdida de la integridad de los tejidos blandos. La pérdida del ambiente estéril del interior hace que pueda producirse una infección.

Las capas de la piel son la epidermis, la dermis y la hipodermis. La epidermis es la capa que primero se ve perjudicada cuando se producen lesiones leves con pérdida de continuidad de la piel. La dermis representa la mayor proporción de la piel y es el verdadero soporte de este órgano. Resulta afectada cuando hay heridas de mayor profundidad. La hipodermis es la capa más profunda, también conocida como tejido subcutáneo y está formada por gran cantidad de células que contienen grasa, llamadas adipocitos.

Primeras curas ante una herida leve

1. Limpieza y desinfección de la herida.

Ante una herida leve, lo primero es lavarse las manos con agua y jabón para evitar infecciones y usar guantes protectores. Luego se debe lavar la herida con agua abundante y jabón de manera suave e irrigar con suero fisiológico. No es recomendable usar algodón, alcohol, polvos u otros productos sobre la herida.

2. Localizar si hay un cuerpo extraño y comprobar su dirección.

También es posible que el aguijón (cactus, palmera), espina (rosal) o astilla (caña o árbol) se meta dentro de la piel, provocando los siguientes síntomas:

  • Enrojecimiento
  • Hinchazón
  • Dolor. La mayoría de espinas pequeñas (por ejemplo, de cactus) en la superficie de la piel no ocasiona mucho dolor. Los cuerpos extraños profundos o perpendiculares por lo general duelen al ejercer presión. En ocasiones son tóxicos y producen una importante inflamación, lo que hace necesaria la exéresis de la púa. Con una ecografía en consulta, el traumatólogo puede localizarla y extraerla.
  • Fiebre. Se produce cuando hay infección de la herida. Es importante comprobar que no haya afectación del hueso y tejidos profundos.

Si hay un cuerpo extraño, podemos intentar retirarlo con unas pinzas limpias y desinfectadas, evitando no introducirlo más en la piel. Si es grande, está profundo o no podemos sacarlo, hay que ir a acudir a un centro sanitario. En la consulta, el profesional realizará una ecografía para localizarlo y extraerlo.

¿Cómo extraer cuerpos extraños pequeños?

Si son astillas superficiales, pequeñas y no causan dolor pueden dejarse donde están. Saldrán con la muda de la piel, o el cuerpo las expulsará al formar una pequeña espinilla que drenará por sí misma.

Las espinas provenientes de plantas (por ejemplo, ortiga) o cactus son frágiles y difíciles de eliminar ya que se quiebran al intentar retirarlas con pinzas.

Se puede intentar eliminar la pequeña astilla tocando ligeramente el área con cinta adhesiva o cera depiladora. Las astillas o espinas grandes, pueden retirarse con una aguja (para exponer completamente el extremo grande de la astilla) y unas pinzas limpiadas con alcohol. Ponga buena luz y/o una lupa.

También es conveniente limpiar la piel alrededor de la astilla con alcohol o agua y jabón, antes de intentar eliminarlas. Si el cuerpo es madera no lo sumerja, ya que el agua puede aumentar el tamaño de la astilla.

Si la astilla está bajo la uña, puede ir bien cortar una parte de la uña con unas tijeras finas para exponer el extremo de la astilla.

Lave el área con jabón y agua antes y después de la eliminarla.

¿Qué hacer en casos más complicados?

Ante una herida sangrante, lo principal es detener la hemorragia, presionando con un apósito seco o empapado en agua oxigenada. Si el sangrado es persistente, debemos ir a urgencias.

Es importante acudir al médico en las siguientes situaciones:

  • Si hay un cuerpo extraño profundamente incrustado.
  • Si nota un fuerte dolor
  • Si alrededor de la eliminación de la astilla, espina o aguijón se ve la zona infectada (enrojecida, con rayas rojas, inflamada, con pus…)
  • O si presenta fiebre

En casos más complicados, el especialista puede optar por:

  • Tratamiento antibiótico

Tópico: en infecciones superficiales y heridas no complicadas.

Sistémico: en caso de sobreinfección, heridas que lleguen a tendones, músculos o articulaciones o enfermedad crónica (inmunodepresión, diabetes, cardiopatía, enfermedad hepática o pulmonar crónica).

  • Tratamiento del absceso

Un absceso es una masa dolorosa y blanda por el pus que se acumula. Suele haber inflamación. Es probable que se aplique calor en la zona con paños húmedos para que pueda salir el pus. Si el absceso es pequeño, esto puede ayudar a que drene solo. No hay que comprimir o apretar.

Se lava y aplica pomada antibiótica para disminuir el contagio.

Puede drenarse la herida quirúrgicamente.

Se pueden aplicar antibióticos sistémicos.

  • Tratamiento de los granulomas

Un granuloma es una inflamación crónica de la zona que ocurre como reacción al cuerpo extraño. Se ve como un bulto duro, de color rojo o morado, con dolor o calor en la zona.

Depende del material que haya producido la herida, se pueden dar antiinflamatorios o corticoides para bajar el dolor y la hinchazón. Si hay sobreinfección se añadirá tratamiento con antibiótico.

Es importante comprobar que se está vacunado correctamente frente a tétanos en heridas sucias o grandes.