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Todos los años se produce un pico de quemados por las hogueras o por la gran variedad de productos pirotécnicos, y las manos son la zona más afectada.

Como cada año por por San Juan los servicios de urgencia se llenan de personas que acuden con quemaduras, muchas veces graves, producidas por las tradicionales hogueras o petardos. El número de quemados atendidos en la madrugada del día 24 de junio y en los días posteriores es mucho mayor que el resto de días del año.

Según un estudio de un Hospital de La Coruña, la gran mayoría son hombres jóvenes, y las manos son la zona más afectada. Este estudio también demostró la relación entre el consumo de alcohol y las quemaduras.

Antes de nada debemos diferenciar tres tipos de quemaduras según su gravedad:

  • 1ª grado: quemaduras superficiales que presentan enrojecimiento de la piel y mucho dolor.
  • 2º grado: algo más profundas, presentando enrojecimiento y ampollas en la piel y bastante dolorosas a la presión.
  • 3º grado: destruyen todas las capas que forman la piel y presentan un aspecto pálido.  

Los efectos que surgen como consecuencia de una herida provocada por una quemadura pueden ser muy diversos dependiendo de los diferentes grados. El dolor y escozor son los síntomas predominantes, pero si la herida es muy grave, esto puede dar lugar a mareos e incluso alteraciones del medio interno.

Al igual que en los síntomas que se pueden presentar, la forma de tratarlas va a depender de la intensidad de las quemaduras y su profundidad en la piel. Las quemaduras de segundo y tercer grado dejan cicatrices y, a veces, en función de la sensibilidad de la persona, también pueden afectar a tejidos más profundos como tendones o músculos.

¿Cómo proceder?

En el supuesto de que se produzca una quemadura de primer o segundo grado como consecuencia de una hoguera o un petardo, para aliviar el dolor o disminuir la inflamación, debemos refrescar la zona con agua dulce o sumergirla en un recipiente con agua templada o fría durante 10 o 20 minutos, hasta que el dolor vaya remitiendo.

En cuanto a poner hielo o algún otro producto del congelador (como la típica bolsa de guisantes), no se debe poner directamente encima de la herida, sino sobre alguna gasa o toalla que esté limpia; ya que la piel se puede desprender y quedar pegada. Las gasas también pueden estar empapadas en aceite o vaselina, para evitar así que la piel se desprenda.

En cuanto a la ropa es aconsejable retirar aquellas prendas que no estén adheridas a la piel ya que, si lo hacemos, corremos el riesgo de levantar la piel y empeorar la herida.  Lo mismo ocurre con joyas y otros complementos, ya que estos mantienen el calor durante más tiempo.

A continuación, se debe cubrir la zona con gasas estériles o un paño limpio, toallas o sábanas, humedecidas en suero, agua oxigenada o agua y en los casos en los que aparezcan ampollas, nunca se deben romper, ya que abriríamos una puerta para la entrada de gérmenes.

En el caso de quemaduras en los dedos de las manos, hay que intentar mantenerlos separados.

Cuando se producen quemaduras de segundo y tercer grado lo que se debe hacer es llamar inmediatamente a urgencias o acudir a un hospital. Sobre todo en zonas donde hay tendones, como las manos, porque son partes del cuerpo que enseguida se pueden ver afectadas con facilidad.

Una vez se hayan recuperado las quemaduras, queda proteger bien la herida del sol para evitar que queden cicatrices.